11 de febrero de 2010, uno de los días más fríos que mi cuerpo, conjunto de carne-huesos-alma
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haya registrado durante su travesía fuera de su lugar de orígen, México Tenochtitlán hace más de 10 años.
En Italia se consideran los últimos 3 días del mes de enero cómo los más fríos del invierno, llamados
"i giorni della merla" en honor a una mirla que según cuenta la leyenda, durante esos 3 últimos dias se resguardó con sus pequeños dentro una chimenea de la cual al salir y a causa de la ceniza tomarón un color oscuro, que desde entonces los identifica. Será el cambio climátco, será la latitud más al norte, será que con la edad uno se vuelve más sensible, será lo que será, pero hoy jueves me siento cercana a esa mirla, y aunque oscura ya soy, me trataré de reparar en lo calientito de mi departamento junto a mis gatas gordas y a mi "pulcina", asi es me resguadaré del día que yo llamaría como ya algún alumno de una amiga maestra mía, rebautizó sin querer, pero con mucho tino, a esos dias frios de enero "i giorni de la merda". A Ginebra imágino que estarán acostumbrados, porque yo hubiera literalmente "congelado" actividades éste día; "queridos papas, quédense en casita, por qué no? en camita y tómando un té de manzanilla, acurrucados a sus polluelos", asi huebiera anunciado, pero no, por eso insisto en que los ginebrinos estan acostumbrados a esos dias y a más, por lo que temo que al final yo también tendré que hacerlo, si es que quiero "integrarme" a esta sociedad que me acoge ya de dos años.
